Hay un fantasma.
Una figura en la ventana.
Una sombra inmóvil.
Parece decir “puedo entrar”.
Por lo que más quieras, no. Pienso yo.
Mi voz no sale. El gemido de un ahogado.
De un agonizante abandonado en su cama. Mamá, papá, por favor.
Hay un fantasma en la ventana. Juega una lucha paciente.
Parece decir “¿por qué no?”
Yo quiero decirle que no es por él, que en realidad nunca dejo entrar a nadie,
que me aterra que señalen esta esquina, este estante, este cajón. No me gusta revisar esas cosas.
Le pongo excusas.
La ventana está abierta. Hay alguien del otro lado:
la figura de un fantasma. Me da miedo. Parece decir “está bien”.
Parece decir “no quiero asustarte, me puedo ir”.
Por lo que más quieras, no. No te vayas.
Por lo que más quieras, no te vayas, le quiero decir.
Pero la voz no me sale, y entra frío por la ventana abierta, y todo lo demás, y no puedo hacerme entender que está bien, que sí quiero, que está invitado,
Que están todos invitados.
***
Arte Visual por Tete Bruno -
Un texto de Miguel Bruno
Año 2020